En unos de mis primeros recuerdos estábamos sentados en una vereda de la calle que no me importa, entre la av. cano y fiesta de una amiga que no conozco. Me dijo en medio de mi despiste: me gustan las verdes, el baile, los monoz asules y mertenos las lenguas en la nariz. Yo comprendí que mi fortuna había comenzado porque en esas preferencias podía identificarme violentamente satisfecho.
Nos coincidimos tan extrañamente que en donde hubiese un libro sobre la final reunión de las almas en el alma del mundo, misteriosamente alguien podría haber escrito: Las nuestras ya se reunieron. "Nuestras" en aquel tiempo, significaba la de él y la mía.
lunes, 16 de febrero de 2009
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La gente se estresa y comenta